e aqui juaN. pareciera que todo esta emparentado con la desesperanza de saberse vil

martes, 20 de enero de 2009

Doblar.

Nunca pude
ver de pie.
Verla.

Nunca un charco
enfrente.

Nunca dos
días de ocio,
dos panes.
Dos.

En conmemoración,
en riesgo,
y en abrazos
la pienso.

DRAMATURGIAS. Editorial Entropía, 2008.


Dramaturgias”; se proclama desde el vamos que el libro esta compuesto por varias formas de dramaturgia, no solo por 7 muchachas sino además por varios estilos, enfoques dramáticos, posicionamientos ante los textos, ante los trazos. Eso parece decir el titulo. Hagamos de cuenta que nos convencemos de ello y lo leemos en ese código. Situemonos como espectadores de algo que va a ser múltiple. Error. No, no hay tal multiplicidad. Mejor dicho, la hay, pero en algún sentido del que no voy a hacer énfasis –pienso en los terrenos, en las situaciones, en los ambientes-.
Casi todas las obras suscitan el mismo punto de inflexión: la relación entre los sujetos desde el plano del afecto, desde la sensibilidad más privada, más elemental. Esas relaciones están todas marcadas por la angustia de las estructuras cultúrales y formales. Por el clamor porque esto se desvanezca. Es una antología de una mirada sobre las relaciones humanas más básicas –no por ello desdeñable- y, aunque como decía, lo ambiental varía y eso es indispensable recalcarlo, sujetos indecisos, fríos, inertes, despegados de sí, pasan por nuestras lecturas cómo acorralados por la complejidad del amor.
Si la referencia está siempre en el ambito de la vida privada, si el guiño tiende siempre a pensar las redes que complejizan las relaciones sentimentales y si está exenta del próposito de las obras la pregunta por lo público, lo que viene desde afuera, lo múltiple, es porque hay algo de esta concatenación, de esta antología, que se logró.
La cuestión está en el título, debería pensarse cómo, aludir a una pluralidad, nos sofoca de pensar que las aristas de la escritura son las mismas. Cada una con sus matices, por supuesto, cada una con sus lenguajes, sus tonos y la notoriedad del autor como sujeto distintivo. Pero hay algo más: si una antología pretende demostrar un estado de situación esta lo ha posibilitado. Leer “Dramaturgias” es percibir un clima de hostilidad, pero no la hostilidad de la calle, sino otra hostilidad, no menos importante: la crisis de los parámetros por los que se rigen las sensaciones y el amor. Por lo menos, para estas 7 jovenes que concatenan una antología que ni más ni menos, devela una época.

domingo, 18 de enero de 2009

HOJA DE RUTA

Croquis, un croquis de elegante talante. Eso rima, me enaltece como escriba. Decía "croquis", mejor decirle o denominarlo como ellos lo autodenominan "Mapa de la inseguridad". Un fuerte panfleto, un honroso caldo donde escupir. Un esbozo de petulante fascismo.
Recién veía de a ratos un partido de futbol insignificante, de verano, de ocio, desprovisto de actitud y en medio de lo que el ambiente del futbol denomina "pre-temporada". O es temporada o no es, ¿qué significaría lo previo a la temporada?¿Es un momento especial, de potencia?. Bien, aquí en este partido fomentan la candidatura del magnánimo magnate mediático y diputada nacional Francisco de Narvaez o mejor llamado "el del tatuaje que si se lo vé una vieja no lo vota". Estaba De narvaez apareciendo por debajo de la pantalla ofreciendo el servicio del mapa esE que nombré. Jocoso rostro, rubio ademán.
Lo mejor de este muchacho es que se autoreferencia como un peronista clásico, de los de antes. Uy, qué tema. Ese tema trilladizimo. ¿Qué es el peronismo?. No voy a hablar de eso. No. Hablo de De Narvaez. Solo afirmo: no hay manera de que
De Narvaez tenga algun adn peronista. Nada. Lo tiene R. Saa, lo tiene un inquieto Solá. Pero Fran, vos carecés de todo gesto peroncho. Te falta.
Ya lo dijo Vilma Ripoll, alta muchacha de tribuna, de plena arenga. Ferviente y polémica trosca medio devenida en chacarera santafesina al lado de Solanas y De angeli. Bien, dijo una vez Ripoll en la mesa de Mirtha en medio de una comparación que esta hacía de Cristina con Evita, dijo: "Sabés que le falta a Cristina. Las patas en el barro, viejo" y se metió un bocadillo.

jueves, 15 de enero de 2009

lunes, 12 de enero de 2009

Bogotá, lo uno y lo múltiple.


Y andamos merodeando ciudad nuevas y eso es siempre algo inesperado, potente y venturoso.

Como los tonos de una canción en loop la ciudad de Bogotá se abre recurrente, regular, standar.

La geografía múltiple y desvariada no se traduce en la lógica de su ciudadanía, en el tempo de las caminatas y en los sonidos que pueblan el aire, que lo sobrehabitan.

La contracultura no es siempre fácil de definir. Nunca es clara su definición. Imaginen, haganse una idea de lo que pueden llegar a pensar que significa. Bien, esta definicón, como tal, en esta ciudad no existe y casi cómo en la novela de Caicedo en que la protagonista solo quiere bailar, los transeuntes, los habitantes, la comunidad solo escucha música, música a altos desiveles. Lejanía del eclectisísmo musical que acostumbramos a ver -imagino un kiosquero escuchando Iron Maiden, a otro Chayanne y a otra los beneméritos y movedizos Miranda- en Buenos Aires.

Esta arista musical uniforme es uno de los casos de homogeneidad cultural, puedo afirmar que la música colombiana es pluriclasista. Pienso en algún ejemplo así en Argentina y no se me ocurre.

¿Qué pasa cuando la mayoría de la gente quiere bailar y tomar aguardiente?¿No es ese un ademán contracultural?¿No es acaso una forma de redimir asfixias de todo tipo? -cuando pienso en asfixias imagino las asfixias de clase, imagino las peliculas de Lucrecia Martel y las miserias de la burguesía media-.

Pues esto sirve cómo un arribo precario algo que me superó. Habrá que mirarlo bien, habrá que pensar en el andar unívoco de los bogoteños, en sus ropajes y en ese clima tan neutral cómo la cotidianeidad, esa neutralidad, esa nula variación.