Al enroscarse pensando en la lluvia
amaina
su manera de hablarle
por teléfono
al tío Omar,
que espera
por la zona de Rio grande.
En su casa
pende de la vara de la cortina
una marioneta
azul y blanca
con la figura de Juan Perón.
El sol que empieza
a inmiscuirse
acompaña, inerte,
el colgar del aparato
que dúctil apoya
en la mesita pertinente.
e aqui juaN. pareciera que todo esta emparentado con la desesperanza de saberse vil
jueves, 17 de enero de 2008
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