e aqui juaN. pareciera que todo esta emparentado con la desesperanza de saberse vil

miércoles, 17 de septiembre de 2008

lo estival del orden de lo explosivo


Siempre el verano termina por ampararse en su poder de emancipador de libertades que hasta él se vertían en la cotidianeidad como flechazos del inconciente. Los múltiples soles de la etapa estival nos desencajan -podría decirse por única vez en el año- de ropajes, de rutinas, de modos, ademanes o gestos.
Derribada esa forma de ser, queda en el borde de la pileta toda su potencialidad. “Al borde de”, el despliegue esta por ser un hecho. Crecen verdes yuyos a su alrededor, flotan cosas, las sombras se automatizan por la época y cualquier hielo es bil dentro de tanta calidez -imposible hielos fuera de ella-.
Tomar un instante de todo esto, hacerlo historia, estatizarlo de su dinámica, es un hecho no solo que remite al fenómeno, sino que se traduce artístico “per se”. Agua, celuloide, botón, mirada, sensibilidad, conmoción: nos deriva la y en la foto, a una manera de ver el mundo, una gestualidad de fricción propagada por el asfalto-borde.
Una manguera se acerca enrollada. Una significativa ayuda en medio de una situación inconexa con la realidad. Un pedazo de plástico que emana de lo terrenal para amalgamarnos a algo que nos supere.
Un verano, lo líquido, lo mineral, lo pétreo. El cuerpo es un momento.

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