Estábamos en el subsuelo de Uriburu 950 y nos cruzamos en una de esas clases de Sociedad y Estado. Magui, bailarina.
Formidable manera de seguirle los pasos la mía, la risa, el jazmín, silvio y su trova, la visita al maravilloso teatro colón (donde bailó), villa del parque, su ida-huida. Así es.
Formidable manera de seguirle los pasos la mía, la risa, el jazmín, silvio y su trova, la visita al maravilloso teatro colón (donde bailó), villa del parque, su ida-huida. Así es.
Y ahora semejante sonrisa en tierras norteñas -de nortes norte posta-. Sus piernas movedisas y esa risa imborrable, esa dulzura distante.
Mientras tanto andanzas de un sutil porteñito mas en esta escalada de letras, blandas, superfluas en semejante bagaje histórico de los demás. Quiero ser como ellos y estar con los que no estoy.
Agradezco.
Homenaje a magui y los chismosos que la secundan detras de esta pantalla, que bailan arte de exportacion en tierras bushisticas anonadadas por el fulgor inquieto de esta gente.
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