Resulta que los pasos pesan, el tranco es eterno, demoledor, ambivalente. Es a la vez lucha y opresión. Es sed, es autosuficiencia.
Caminante, camino, cama, trecho, hogar, fin, norte, augurio. TOTALIDAD.
El camino nos hace y lo hacemos. El camino también es el día a día, es el sistema legal, son los sueños, los mediodías soleados, los amores, las partes del todo, el todo en sí mismo.
Somos próceres del sendero, días, años y humanidades que caminan, cantan y se entreveran en los cimientos del viaje mas grande. Sí, el viaje mas grande, la realidad, ese alma mater del ser y hacer que se expone y se impone como piso sudoroso, resvaladizo y mordaz de los días. Ese paralelo con los mitos de llegar a ser alguna vez hombres libres y honrados en el profético mundo nuevo.
Caminar es pues, cambiar.
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